sábado, 8 de diciembre de 2007

Cardones


“Lo fálico” no llega a ningún fin si no es contenido. Y su anhelo mas alto es el sol, ese sol interno que ilumina el cosmos uterino; el adentro de un futuro afuera, macho- hembra por unirse en una danza descomunal, tan común como la vida.
Luna y sol son las dos caras complementarias de la luz, y la tierra que también es macho y es hembra, saca de sus entrañas vegetales erectos que crecen hacia lo celeste. Cuanta ternura. Entonces el gran misterio es la vida y no la muerte.
Entre el cardón y la luna se mueve incandescente la vía láctea: esperma, control descontrolado de profundo sentido cósmico. Y en ese vaivén, en ese juego, el sexo entre la tierra y el cielo, me da la pauta precisa para mi paz. Todo está bien. La vida se abre camino siempre.


atardecer